«Pato, podríamos ir a ver un partido de la NBA cuando vayamos a Nueva York, no?» Le pregunté a mi marido cuando estaba planificando lo que haríamos durante el viaje. La charla siguió mas o menos así:

Pato: – Habría que ver qué partidos va a haber mientras estemos allá.

Yo:- Yo quiero ir a ver a Manu Ginóbili

Pato:- Manu Ginóbili juega en San Antonio Spurs que es de la Costa Oeste de los Estados Unidos, ellos juegan en esa zona.

Yo (encaprichada):- Pero yo quiero ir a verlo a Manu Ginóbili…

Pato (tratando de calmarme):- Bueno, fijémosnos qué partidos hay y vamos viendo. En Nueva York hay dos equipos: los New York Kniks y los Brooklyn Nets. Hay que mirar en qué fecha hay partidos y contra quienes juegan.

Yo (encaprichadísima):- Si, pero yo quiero ver a Manu Ginóbili!

Paulo Coelho dice que cuando uno desea algo genuinamente el universo conspira para que eso se haga realidad. La Ley de la atracción dice algo más o menos similar… Me bastó entrar a ver el calendario de juegos de los Brooklyn Nets para darme cuenta que es así. Los planetas se alinearon y Dios quiso que durante mi estadía de tan sólo 10 días Brooklyn Nets recibiera a San Antonio Spurs. Sacamos los tickets inmediatamente!

Luego de una ansiosa espera llegó el dia del partido. Viajamos en subte desde el Midtown hasta Brooklyn. Nuestras dudas acerca de qué tan peligroso sería caminar por allí de noche, se disiparon completamente cuando al salir a la superficie nos encontramos con el estadio Barclays Center de frente:

En la entrada pasamos la revisación de seguridad. No se puede entrar con bebidas ni alimentos, pero ni bien salís del control, al igual que en todas partes de Estados Unidos, sobran las opciones de oferta de comida. Una vez más me sentía como en una película. Aplicamos nuestro concepto de cabecera «donde fueres haz lo que vieres» y nos dejamos llevar por la manada. Llegamos a nuestras butacas con una glotona bandeja con hot dogs, papas fritas y gaseosa (tal como lo haría Homero Simpson).

A poco de sentarnos aparecieron los jugadores practicando. Ahi estaba mi querido e idolatrado Manu Ginóbili:

Luego la pomposa presentación del partido con himno incluido:

El partido fue más que entretenido. No sólo los minutos de juego se nos pasaban volando sino que también los intervalos eran super divertidos, con juegos, espectáculos y lanzamiento de camisetas incluido!

Ver a Manu en la cancha fue una experiencia inolvidable. No sólo lo admiro como jugador sino también como persona. Su presencia se hace notar dentro del campo de juego: cada vez que él ingresaba lograba poner a su equipo en ventaja.

El resultado fue anecdótico, ganaron los Brooklyn Nets. Pero nosotros nos llevamos el mejor de los recuerdos y también una grata sorpresa al encontrarnos entre un público civilizado que sabía compartir un espectáculo deportivo respetando y valorando a su rival. Esa muestra de grandeza nos emocionó. Por supuesto así también fue la salida del estadio: pacífica, organizada y tranquila. Incluso los empleados se tomaban el tiempo para despedirnos mientras salíamos. Ojalá en todas partes del mundo la experiencia fuera igual, no?

Para despedirme les dejo un video del partido