Jericoacoara es alucinante. Definitivamente está entre mis lugares favoritos, no sólo de Brasil, sino del mundo. Además de la hermosura de sus playas infinitas y sus majestuosos atardeceres en el mar, se destaca por ser un pueblo que se engalana con su sencillez, y para mi, la belleza de lo simple es cautivadora.

Cuando escribí sobre el hotel Essenza, recibí muchas preguntas sobre Jericoacoara: ¿vale la pena ir? ¿Es muy tedioso el viaje? ¿qué se puede hacer allí? La idea de este post es llevarlos a pasear un rato por Jeri (así es como le dicen sus habitantes cariñosamente) e ir despejando todas sus dudas.

Jericoacoara es un pequeño pueblo situado en el nordeste de Brasil. Pertenece al estado de Ceará, y está a 300 kilómetros de la capital, Fortaleza. El clima es tropical cálido, sus temperaturas mínimas oscilan entre los 22°C y los 25°C, y las máximas entre 29°C y 32°C. El período de lluvia se presenta de enero a julio.

Jeri nació como una aldea dedicada a la pesca y la agricultura, pero la belleza de sus playas y su entorno natural, sus aires bohemios, sus callecitas de arena, crearon un ámbito de agreste y deslumbrante belleza, digno de ser visitado por viajeros de todas partes del mundo.

Cómo llegar 

El 24 de junio de 2017 se inauguró el aeropuerto de Jericoacoara Comandante Ariston Pessoa. Actualmente Gol y Azul ofrecen vuelos hacia ese destino.

Otra opción es ir desde Fortaleza. Muchas empresas ofrecen el servicio de traslados. La particularidad es que el trayecto se hace en dos partes. Primero se sale en vans o micros desde Fortaleza hasta Jijoca (casi 300 kilómetros de ruta, con alguna parada en el camino). Luego desde Jijoca hay que cambiar de vehículo y tomar una jardinera o una camioneta 4×4, y se hacen 28 kilómetros más en entre las dunas del Parque Nacional de Jericoacoara, lo cual resulta toda una aventura!

¿Vale la pena hacer tanto viaje? Si, absolutamente. Podría decirles que es un pecado ir a Fortaleza y no pasar, al menos dos o tres noches en Jeri.

 Qué hacer en Jericoacoara

La primera y más obvia de las cosas para hacer en Jeri es disfrutar de la playa. Verán que sus arenas son extensas, quizás sean las más amplias que yo haya visitado. El mar es calmo, agradable y cálido. La vastedad, la paz y la majestuosidad del paisaje casi virgen hacen de la playa un espectáculo en sí mismo. En el centro se ofrece el alquiler de sillas y sombrillas.

Uno de los máximos atractivos de Jericoacoara es la Duna do Por do Sol. Se trata de un enorme médano situado a la izquierda de la playa principal y del pueblo. Allí todas las tardes se dan cita turistas y locales para disfrutar del espectáculo del atardecer. Entre las 16:30 y las 17:00 horas, una procesión se encamina hacia la cima de la duna, allí se sientan de cara al sol, y mientras toman fotos, esperan el espectáculo del ocaso. La luz lo invade todo, hasta que empieza a cambiar de matices y a jugar con los colores. Se respira un clima de armonía y una sensación de sosiego muy particular.  Una vez que el sol se puso, es frecuente encontrarse con algún grupo practicando capoeira o tocando música, lo cual hace más especial un momento tan cargado de mística. Si visitás Jeri, no te pierdas este ritual.

La pedra furada: su nombre no deja lugar a dudas: piedra agujereada. Se trata de una enorme roca que fue erosionada por la acción del mar, y conforma un bellísimo marco para tomar fotografías. Hay dos formas de llegar: en buggy o caminando por la playa. La distancia es de aproximadamente 3 kilómetros  desde el centro y el camino por la playa es hermoso pero puede resultar un poco cansador, sobre todo teniendo en cuenta que la mayor parte es camino de arena, en algunas partes hay que subir médanos, caminar entre las piedras a la orilla del mar, y el calor hace también su parte. Vale la pena? Absolutamente. Mi recomendación es salir tempranito a la mañana para evitar el sol del mediodía, llevar ropa cómoda y fresca y alguna botellita de agua. En la Pedra Furada se van a encontrar con vendedores de gaseosas y agua de coco bien frias!

Una de las postales más características de Jericoacoara es la de Lagoa do Paraiso. Se trata de una laguna de aguas cálidas y cristalinas, cuyo atractivo principal son las hamacas dentro del agua de invitan a sentirse como en el paraiso realmente! Hay paradores, y aunque pueden resultar un poco caros, vale la pena conocer este lugar maravilloso.

Dónde comer en Jericoacoara

El centro de Jeri es muy pequeño y tan agreste que sus calles son de arena. Vistoso como pocos. Allí hay variedad de propuestas gastronómicas, desde restaurantes especializados en pastas y comida italiana, hasta puestitos callejeros. Uno de mis restaurantes preferidos es Samba Rock, ya que tenía variadas opciones de comida brasileña (deliciosa) y todas las noches había alguna banda tocando música en vivo. También hay algunas heladerías, tapiocarias, puestos de açai y puestitos que preparan tragos al paso.

Dónde hospedarse

Partamos de la base que al ser Jeri un pueblo tan pequeño, cualquier ubicación que elijas va a estar cerca de todo. La mayoría de los hospedajes son posadas, a excepción de algunos hoteles, como el Essenza del que les comentaba en otro post. Todos se adaptan a la fisonomía del lugar y dependerá de gustos, presupuesto y disponibilidad la elección de cada uno.

Para tener en cuenta

En el centro del pueblo no hay cajeros automáticos. Por lo cual, si viajás en avión y necesitás extraer dinero de algún cajero, la recomendación es hacerlo en el aeropuerto. Lo mismo si vas desde Fortaleza, aprovechá para retirar allá.

La radiación solar suele ser alta, siempre usá protector solar.

Mi principal recomendación en cuanto a este destino es animarse a conocerlo, entregarse a su ritmo y dejarse alcanzar por la paz que lo habita. Es un lugar tan particular que no se parece a ningún otro. Y por supuesto, espero que al regreso me dejen aquí sus comentarios sobre cómo fue su experiencia! A viajar amigos!