Hace tiempo que quería contarles sobre mi estadía en el hotel Essenza de Jericoacoara, Brasil. Especialmente porque es de los que más me han maravillado. No sólo me deslumbró la belleza de su arquitectura y diseño sino la experiencia en su totalidad.
Ya desde el primer contacto en el check in sentimos que el hotel era muy especial. Nos estaban esperando, nos recibieron con una sonrisa, toallitas húmedas y una refrescante limonada, lo cual se agradecía luego del largo y caluroso trayecto que se hace en jardinera para llegar desde Jijoca hasta Jericoacoara.
Siempre el momento en el que llegamos a nuestra habitación es de mucha emoción, tenemos mucha expectativa por ver qué cuarto nos tocó, cómo es la vista, etc. Les juro amigos, que nunca nos deslumbramos tanto como al ver esta habitación.
La decoración, el estilo, la pulcritud, todo impecable! Pero sobre todo, hubieron dos cosas que jamás había visto y que me parecen absolutamente fantásticas:
1.- La piscina en el balcón. Una genialidad! Abrir el ventanal y darse un chapuzón mirando el mar, el sol, la playa, y de noche las estrellas, en medio de esa atmósfera tan pacífica, sinceramente no tiene precio y es imposible de describir hasta para el mas avezado de los poetas.
2.- El mar dentro de la habitación. Cómo? Al fondo del cuarto hay un gran espejo colocado estratégicamente para que el mar se refleje allí y uno pueda sentir que lo tiene dentro de la habitación.
La vista desde el ventanal era espectacular: la inmensidad de la playa y la Duna do Por do Sol, uno de los emblemas de Jericoacoara.
Sobre la cama encontramos una cálida carta de bienvenida:

En algún lugar esperándome…
… Es lejos más allá de las estrellas
Es cerca más allá de la luna
Y yo sé más allá de la duda
Mi corazón me guiará hasta allá en breve.”
(Más allá del mar – Bobby Darin)
Luego nos decían que era una satisfacción poder compartir con nosotros sus primeros pasos en poder proporcionar una experiencia única de hospedaje. También aclaraban que el hotel se encontraba en “soft open” y que en breve todos los servicios y estructuras estarían completamente terminados. Nos agradecían la comprensión y estaban abiertos a nuestras sugerencias.
La habitación era muy cómoda, espaciosa, luminosa y agradable. La cama era un derroche de confort. A mí que soy fan del café, me dejan una Nespresso… como no amarlos?
Además de las piscinas individuales en cada uno de los balcones del primer piso, el hotel cuenta con una pileta gigante de 1300 metros cuadrados, a la que las habitaciones de planta baja tienen salida directa.
El desayuno era delicioso: frutas frescas, fiambre, panificados dulces y salados, servido casi sobre la playa, en un entorno natural de belleza exhuberante.
La atención era impecable y todo estaba destinado a hacer de la experiencia algo tan magnífico como inolvidable: todas las noches nos preparaban la cama y nos dejaban un chocolate al lado de la almohada. Uno de mis detalles favoritos en cuanto a hotelería se refiere!
En vez de llaves o tarjetas magnéticas teníamos unas pulseras con las que abríamos la puerta del cuarto. Esto parece una simple innovación tecnológica pero es algo que aporta mucha comodidad, sobre todo en un hotel de playa.
Al cabo de unos días llegó el momento que uno nunca desea: el check out. Cerré las valijas con un nudo en la garganta, miré el balcón y ese cuarto maravilloso por última vez, me despedí del mar, y fuimos hacia la recepción. Allí nos dieron otra carta, pero esta vez de despedida. La leí sabiendo que no iba a contenter las lágrimas:

Esperamos haberles proporcionado una estadía agradable y volver a verlos en breve.
Contamos con las sugerencias y las comprensión de nuestros huéspedes. Estos son nuestros primeros pasos, que sean el bello inicio de nuestra caminata en la misión de recibir y servir bien!”
Como habrán notado, visitamos el hotel antes de que estuviera completamente terminado. La verdad es que eso jamás lo notamos, porque eran pequeños detalles que faltaban ultimar como el sector de juegos para niños o el área de spa. Si en ese entonces nuestra visita fue tan extraordinaria, no quiero pensar lo que será ahora con todas las instalaciones a pleno. Guardé las cartas que nos dejaron con todo cariño, al igual que guardo los mejores recuerdos de nuestra estadía. Sin dudas fue una de las experiencias más fascinantes que viví. La verdad es que me la paso soñando con volver…
5 respuestas a “Hotel Essenza Jericoacoara: una piscina en el balcón y el mar en la habitación”
Me encantó ese hotel! !! Que Buenas fotos!!!!! Ya quiero ir!!!!!
Realmente es muy lindo Nacho! Gracias por tu comentario! Saludos
Es el hotel #1 y mejor ubicado de Jeri.
Una belleza!
Muy linda la descripción de toda la estadía y de lo que sintieron!
Saludos!!!
Muchas gracias por tus palabras Jorge!! Me alegra que te haya gustado el post! Gracias por pasar! Saludos
[…] escribí sobre el hotel Essenza, recibí muchas preguntas sobre Jericoacoara: ¿vale la pena ir? ¿Es muy tedioso el viaje? ¿qué […]