Mi viaje a Punta Cana fue soñado… Desde el momento en que bajamos del avión nos sentimos en un paraíso tropical. Nos llamó la atención la fachada del Aeropuerto Internacional, con su techo de paja y su decoración típicamente caribeña, que hacían la bienvenida aún más especial.
Luego todo era expectativa por llegar al hotel… era la primera vez que visitábamos un all inclusive… ¿cómo será? una semana dentro de un hotel ¿no será aburrido? Todas las dudas se disiparon al llegar al imponente resort! Era grande como un municipio! Y tenía de todo!
Cuando nos pusieron las pulseritas que nos daban acceso a las instalaciones nos sentimos como reyes! De hecho cuando volvimos a Buenos Aires no nos las queríamos quitar! Nos sorprendió la cantidad de restaurantes que teníamos para elegir. Además del buffet principal, pudimos escoger tres cenas temáticas entre variadas propuestas gastronómicas: nos quedamos con el restaurant Barbecue, el restaurant Mexicano y el Italiano. Además, el hotel contaba con snack bar, y barcitos en cada rincón!
La playa Bávaro era espectacular… No en vano fue declarada por la UNESCO como una de las mejores playas del mundo, por sus aguas cristalinas y sus finas arenas blancas. Las palmeras, y las enormes piscinas del hotel eran el complemento ideal, para relajarnos y disfrutar de los ricos jugos frutales que en todo momento nos tentaban por allí.
Los hoteles de Punta Cana son verdaderas ciudades, por lo que siempre cuentan con opciones de diversión: entretenimiento durante el día con actividades en las piscinas, juegos y deportes. Durante la noche había variados espectáculos, casino, discoteca y karaoke! Además el hotel contaba con una completa galería de negocios para comprar recuerdos y regalitos.
Así la semana se nos pasó volando! Los días fueron plenos de sol, mar, piscina y relax! Las noches inolvidables, disfrutando de espectáculos, música y deliciosos tragos caribeños! Viajar a la República Dominicana fue un sueño hecho realidad!
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