Llegamos a Pulenta Estate en una mañana atípica en Mendoza, ya que una espesa niebla cubría la ciudad. Afortunadamente, la bodega parecía estar exenta de ese capricho nuboso, y al llegar a la puerta se hizo la luz: ni una nube por delante, y en el frente la majestuosa cordillera de los Andes, regada de viñedos a sus pies.
Nos recibió Constanza, dueña de una hermosa sonrisa y una simpatía capaz de hacer reír hasta al más apático. Tuvimos unos minutos para caminar por los viñedos y maravillarnos con la vista de la cordillera.
Enseguidita, comenzamos el tour. Esta bodega es muy especial, porque es muy pequeña. Esto les permite crear variedades únicas y “jugar” con la elaboración de sus vinos, obteniendo así productos de una calidad exquisita.
El proceso de elaboración cuenta con 3 variantes diferentes: cemento, acero o madera. Cada uno de ellos aportará distintas características al producto final.
A lo largo del recorrido por la bodega aprendimos que la poda de la vid así como también el tiempo y la madera en la que sean añejados, producen distintas propiedades en el vino que llega a la botella.
Nos sorprendimos al ver algunos motores de Porsche, y es que uno de los dueños de la bodega es el importador de esos autos en el país.
Luego llegó el momento más ansiado de la visita: la degustación. Tuvimos el placer de probar 5 varietales:
- Pinot Gris. Un delicioso vino blanco
- Gran Pinot Noir. Es un vino tinto muy particular, de un tono bien claro y un sabor muy suave y agradable. Se estila beberlo más frío que un tinto normal, pero no tanto como un vino blanco
- Gran Malbec. Un delicioso malbec que se destaca por su sabor marcado
- Gran Cabernet Franc. Uno de los varietales más destacados de la bodega. Es una de las variedades de cabernet más antiguas que existen
- Gran Corte. El vino más especial de todos, un blend de las 5 mejores uvas y añejado en las mejores barricas de roble francés.
A cual más rico! Imposible decidirse! Constanza nos preguntó al finalizar cuál nos había gustado más… yo elegí el Gran Pinot Noir porque me pareció un vino suave y amable, fácil de tomar hasta para alguien como yo, que no tengo demasiada cultura en lo que a vinos se refiere. Los que sabían mucho del tema, se dividían entre el Gran Cabernet Franc y el Gran Corte. Pero todos coincidimos en que era muy difícil la elección ya que los vinos eran de una calidad superior. Es por eso que, al ser un producto tan exquisito y especial, suelen destinarse a la celebración de un momento especial, nos explicaba Constanza.
Nos gustó tanto la visita y la degustación que no pudimos evitar la tentación de traernos algunas botellas antes de dejar la bodega.
Les super recomiendo esta visita si viajan a Mendoza, serán muy bien recibidos y conocerán una bodega que dedica a cada uno de sus vinos una atención muy particular. Detrás de cada botella hay un gran trabajo, sabiduría y esmero.
No quiero dejar pasar la oportunidad de agradecerle a Constanza por la invitación y la cálida recepción que nos brindó. Fue un verdadero placer conocer esta bodega!
Una respuesta a “Visita y degustación en la bodega Pulenta Estate en Mendoza”
[…] Andes y nos sorprendimos gratamente con su servicio. Conocimos Potrerillos, visitamos las bodegas Pulenta Estate y Nieto Senetiner, recorrimos la ciudad y sus parques y comimos como los […]