“¡Oh, linda ubicación para construir una villa!” exclamó el capitán portugués Duarte Coelho Pereira al ver esa extensión de verdes y onduladas tierras junto al mar. Así, en 1535 fundó y bautizó Olinda. Su ubicación era estratégica, a tal punto que Olinda fue la sede del Brasil Colonial entre 1624 y 1625. Y se convirtió en la ciudad más rica de esta colonia entre el siglo XVI y las primeras décadas del siglo XVII. Es por ello que la llamaban “pequeña Lisboa”. Es también la más antigua entre las ciudades brasileñas que fueron declaradas Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Olinda conserva decenas de iglesias y conventos barrocos de un inestimable valor histórico, y también mantiene su antiguo trazado colonial. Recorrerla es hacer un viaje en el tiempo y descubrir parte de la rica e interesante historia del Brasil.
Qué hacer en Olinda
Veamos los principales puntos de interés turístico de la ciudad:
El Museu do Mamulengo: se trata del primer museo de marionetas de Brasil, más precisamente “mamulengos”, que forman parte de la tradición de los carnavales del nordeste brasileño. Algunos de estos mamulengos pueden llegar a medir hasta 4 metros de altura. En el Carnaval de Olinda, uno de los más afamados del país, estos muñecos recorren alegremente las calles de la ciudad.
La Iglesia do Carmo: su nombre completo es Igreja de Nossa Senhora do Carmo do Antigo Convento de Santo Antônio do Carmo de Olinda, pero popularmente de la conoce como Iglesia do Carmo. Su construcción data del año 1580, bajo la Orden de los Carmelitas.

El Convento de São Francisco: es el convento franciscano más antiguo de Brasil. Su construcción comenzó en el año 1585, por un proyecto del frey Francisco dos Santos. En 1631 fue parcialmente destruido por las invasiones holandesas, y finalmente fue reconstituido en el siglo XVII. El monasterio es parte de un conjunto arquitectónico que incluye la Iglesia Nossa Senhora das Neves, la capilla São Roque, el claustro y la sacristía.
La Catedral da Sé (Matriz de São Salvador do Mundo): la Catedral de São Salvador do Mundo, más comúnmente llamada Catedral da Sé, es la más antigua de Olinda, fundada en el año 1540. Está ubicada en el centro histórico de Olinda, emergiendo de lo alto de la colina, lo cual le otorga una panorámica espectacular.



El Alto da Sé y Ladeira da Sé: al lado de la Catedral da Sé, se encuentra el mirador “Alto da Sé”. Ofrece una vista maravillosa de Olinda y Recife. La calle que sale de la Catedral es la famosa Ladeira da Sé. Es una región muy visitada por turistas, donde se concentran negocios, restaurantes y algunas ferias de artesanos.








La Ladeira da Misericórdia: es la calle más colorida de Olinda y una de sus postales más emblemáticas. Su nombre deriva de la Igreja da Misericórdia, que se encuentra al lado. Es muy empinada, por lo que es muy fácil bajarla, disfrutar de sus típicas casitas de colores y tomar fotos, pero según bromean los lugareños, “para subirla de vuelta hay que pedir misericordia!”.




Olinda se encuentra al lado de la ciudad de Recife, distante 70 kilómetros de Porto de Galinhas y 116 km. de João Pessoa, por lo que constituye una excelente opción para disfrutar de un día de excursión si estás de paseo en alguna de estas ciudades. Se puede ir en auto y contratar un guía al llegar a la ciudad (los vas a encontrar por todos lados y ellos mismos ofrecen sus servicios), o también contratar una excursión para recorrer Recife y Olinda en el día. Es un paseo que vale la pena, para conocer la historia y acercarse a la cultura de Brasil y del Nordeste más específicamente.
Una respuesta a “Visitando Olinda, una de las ciudades más coloridas del Nordeste brasileño”
[…] compartí mis viajes a distintos destinos turísticos como Orlando, Bariloche, Porto de Galinhas, Olinda, Maragogi, y Lucerna, entre otros. También les conté sobre una mala experiencia que tuvimos al […]