Innsbruck es definitivamente una de las ciudades más hermosas de Austria y de toda Europa. Situada al pie de los Alpes, la capital del Tirol ostenta unos paisajes dignos de admirar, combinando arquitectura, naturaleza, historia y modernidad. En nuestro último viaje por Europa, hicimos una parada estratégica en nuestro recorrido para dedicarle unas horas a este lugar inolvidable.
Viajábamos en tren desde Zúrich con destino final en Viena, pero programamos un alto en el medio, con un tiempo para recorrer Innsbruck (aproximadamente 3 a 4 horas). Apenas llegamos a la estación, guardamos las valijas en un locker, y como era mediodía, almorzamos allí mismo. Luego, con el estómago lleno y el corazón contento, nos fuimos a pie hasta el casco antiguo, que data del siglo XII, y que es precisamente la parte turística y tarjeta postal.






Allí fuimos recorriendo la calle principal: Maria-Theresien-Strasse, que luego se convierte en Herzog Friedrich Strasse, y conociendo sus principales atractivos:
Columna de Santa Ana: ubicada en Maria-Theresien-Strasse, esta columna es uno de los símbolos del Tirol. Fue erigida el 26 de Julio de 1703 (día de Santa Ana) para conmemorar la liberación de las tropas bávaras que habían invadido el Tirol. En la cima del monumento se encuentra la Virgen María, mientras que su madre, Santa Ana, se encuentra en la base acompañada por los santos Jorge, protector del Tirol, Virgilio y Casiano, patrones de las diócesis de Trento y Bresanona, en Italia. La columna fue construida por Christoforo Bendetti, un escultor italiano procedente de Trento.



Swarovski: muy cerca de Innsbruck se encuentra la localidad de Wattens, donde está la fábrica de Swarovski. Pero en Innsbruck, caminando por Herzog Friedrich Strasse encontrarán un imponente local, donde podrán apreciar de cerca obras tan fascinantes como suntuosas, realizadas en el típico cristal tallado característico de la marca.








Café Katzung: a muy pocos metros de Swarovski, podrán encontrar el Café Katzung, uno de los más característicos de la ciudad. El edificio data del año 1450, pero los orígenes de la cafetería y el nombre de Café Katzung aparecieron recién en 1793. Fue fundada por Anton Georg Katzung, y ha sido traspasada de generación en generación, manteniendo siempre la tradición y el espíritu original.
Stadtturm: se trata de la torre del ayuntamiento, más conocida como “la torre de la ciudad”. Data del año 1450 y es uno de los edificios más altos del casco histórico, con una altura total de 51 metros. Cuenta con un mirador panorámico a 31 metros de altura, que ofrece una vista muy hermosa de la ciudad. La entrada tiene un valor aproximado de 4,50€ y para acceder, se deben subir 133 escalones.



Helbinghaus: este edificio se destaca por ser una construcción de estilo barroco tardío, rodeada de edificios de estilo gótico medieval. Si bien esta casa tuvo sus orígenes en el siglo XV, con el paso del tiempo fue sometiéndose a diferentes transformaciones de acuerdo a la época. Lo que inicialmente fue estilo gótico, pasó a ser barroco tardío o rococó, de la mano de Anton Gigl, que en 1732 le dió su aspecto definitivo, con un frente cargado de ornamentos como plantas, flores, frutas, querubines y máscaras. Su nombre se debe a Sebastián Helbling, quien fue el dueño de este edificio a lo largo del siglo XIX hasta 1827.



Tejado de Oro: el Tejado de Oro o Tejadillo Dorado es el símbolo de Innsbruck por excelencia. Se encuentra en el palacio medieval Neuer Hof y fue mandado a construir en el año 1500 por el emperador Maximilano I para conmemorar su boda con Blanca Maria Sforza. Está compuesto por 2.657 tejas, que no son de oro, sino de cobre dorado a fuego. Puede verse fácilmente desde cualquier punto del casco histórico, pero vale la pena apreciarlo de cerca para observar la variedad de figuras y representaciones con que fue ornamentada la base del mirador (que incluyen al propio emperador Maximiliano I, su flamante esposa Blanca Maria Sforza y su primera mujer Maria de Borgoña). Se comenta que el emperador Maximiliano I disfrutaba de las vistas de ese balcón, solía observar el tumulto en las calles y presidir torneos de caballeros. Es por ello que decidió coronarlo con ese llamativo tejadillo dorado. Sobre el tejado había una inscripción, que se perdió con el paso del tiempo, pero los lugareños aseguran que rezaba: “Aprovecha cada momento y no te pierdas ni un baile, al más allá no te podrás llevar nada“. Quienes quieran conocer más sobre la historia de este curioso tejado y la época del reinado del emperador Maximiliano, al lado del palacio encontrarán el Museo del Tejadillo de Oro.




El Hofburg (Palacio Imperial): este palacio, perteneciente a la dinastía de los Habsburgo, es considerado uno de los tres edificios más culturalmente significativos en el país, junto con el Hofburg y el Schönbrunn, (ambos localizados en Viena). Al igual que el Tejado de Oro, este palacio se terminó de construir en el año 1500 bajo el reinado del emperador Maximiliano I. Se pueden realizar visitas guiadas, que permiten recorrer los imponentes salones, los apartamentos imperiales, la capilla y la torre de los escudos.

Catedral de Santiago: también llamada Catedral de Innsbruck, se estiman sus orígenes alrededor del año 1180. Debió ser reconstruida entre los años 1717 y 1724, debido a los daños que un terremoto ocasionó en su estructura. En sus techos se pueden apreciar los frescos barrocos, obra del artista Cosmas Damian Asam, que ilustran la vida del apóstol Santiago. La obra más importante que alberga esta catedral es la imagen milagrosa “Maria Hilf” del pintor alemán Lukas Cranach. Es la imagen de la Virgen María más importante de los Alpes y ha sido reproducida en todo el mundo.

La Iglesia de la Corte: también conocida como la “Iglesia de los hombres negros”, por las 28 figuras de bronce que representan hombres de tamaño natural, custodiando el monumento fúnebre del emperador Maximiliano I que se halla en su interior. El monumento es un cenotafio, dado que el sarcófago se encuentra vacío. Las 28 figuras que lo custodian fueron elegidas por el propio Maximiliano I: distinguidos miembros de su familia que habían destacado por sus virtudes y actos heroicos, incluidas sus dos esposas – María de Borgoña y María Sforza, así como el archiduque Sigmund, el Rey Fernando de Portugal y el mítico Rey Arturo.
Recorriendo las calles del casco histórico, también encontrarán el famoso Café Sacher donde podrán probar la típica y original torta Sacher. Y hablando de delicias, les recomiendo los helados de Gelateria Tomaselli!





Les comparto un mapa donde podrán ver todos los puntos de interés que les acabo de mencionar:
Ya sea que sólo dispongan de unas horas para disfrutar de Innsbruck, o puedan quedarse a pasar una o varias noches, les recomiendo que disfruten cada paso que den allí, aprecien sus rincones, su arquitectura, sus colores y su encanto. Aunque Innsbruck está llena de obras de arte, ni el más inspirado de los pintores podría haber delineado un paisaje tan espectacular. Aunque parece un pueblito salido de cuento de hadas, ni la fina pluma del más renombrado escritor podría hacerle justicia a tanta belleza. Aunque puede recorrerse en pocas horas, el recuerdo de su esplendor perdura por toda una eternidad. Innsbruck es mágica!